Los cojinetes de bronce sinterizado se utilizan en muchas aplicaciones de la industria. Su adquisición es relativamente barata, están disponibles en muchas dimensiones y se anuncian como una opción “autolubricada” o “sin mantenimiento”. Sin embargo, los cojinetes sinterizados no son en absoluto tan universalmente aplicables como muchos usuarios piensan. En este artículo examinamos con detalle las ventajas y desvelamos en qué casos es preferible el uso de cojinetes de plástico técnico.
¿Cómo funcionan realmente los cojinetes sinterizados?
Los casquillos sinterizados reciben el nombre de su método de fabricación, el llamado “sinterizado”. En este proceso, el polvo metálico o cerámico se presiona primero para darle forma y luego se endurece a alta temperatura. Dependiendo del proceso y del material, esto da lugar a un componente de poros bastante gruesos. Esta estructura de poros es la receta del éxito de los cojinetes sinterizados. Esto se debe a que los cojinetes sinterizados están impregnados de aceite lubricante. La viscosidad se selecciona de manera que la mayor parte del aceite permanezca en los poros a temperatura ambiente. Si el casquillo sinterizado se calienta durante el funcionamiento, por ejemplo, debido a la fricción, el aceite lubricante se escapa de los poros y se distribuye en la posición del cojinete. A velocidades más altas, se forma la llamada cuña de lubricación, que finalmente puede desacoplar el rodamiento de la superficie de contacto y protegerlo del desgaste. Y es precisamente aquí donde se separa el trigo de la paja.
Cojinetes sinterizados: Cuando las cosas tienen que ir rápido
Dado que el efecto de autolubricación depende casi por completo de la propagación del aceite lubricante en el punto de apoyo, y este efecto sólo se produce cuando aumenta el calor de fricción, esta circunstancia determina las aplicaciones apropiadas para este tipo de cojinetes. Los cojinetes sinterizados son adecuados principalmente para aplicaciones de alta frecuencia o de alta velocidad. Para aplicaciones más lentas o intermitentes, otros tipos de cojinetes son más adecuados. Si el usuario quiere prescindir de la lubricación, existen pocas alternativas a los cojinetes con lubricantes sólidos. Podemos hablar de otros dos tipos principales de cojinetes: cojinetes de metal compuesto y cojinetes de plástico técnico.
Cojinete compuesto de metal y plástico
Para mantener el sueño de no necesitar mantenimiento y ser autolubricados, ambas soluciones persiguen enfoques similares, pero difieren en los detalles. Los cojinetes metálicos compuestos se basan en una película lubricante extremadamente fina de PTFE u otros plásticos con buenas propiedades de deslizamiento. Mientras que los cojinetes de plástico suelen estar formados por un compuesto: una mezcla de materiales en la que se añaden las sustancias que optimizan la fricción. Así, la sustancia utilizada como lubricante se distribuye por todo el componente. Durante el funcionamiento, este lubricante sólido se distribuye de forma microscópica en la posición del cojinete y reduce así la fricción, incluso a bajas velocidades. Además, la gran variedad de plásticos ofrece un gran número de opciones de adaptación en muchas aplicaciones diferentes.